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viernes, 16 de diciembre de 2011

Fenómeno cruising

El cruising, también llamado cancaneo, es una práctica sexual objeto de muchas fantasías sexuales, tanto homosexuales como heterosexuales. Tradicionalmente se ha vinculado a la homosexualidad masculina, pero en general se basa en un encuentro sexual anónimo, discreto y sin ataduras que se lleva a cabo en lugares públicos como parques o descampados, playas, bosques, baños públicos, etc.

Es un fenómeno muy antiguo. Existen registros históricos de esta práctica ya en la antigua Roma, donde los baños públicos se consideraban un lugar de encuentro de compañeros sexuales, más allá del llamado culto al cuerpo. El poeta Juvenal hablaba de varias señas que hacían los hombres para encontrarse, como rascarse la cabeza, lo que quería decir que estaban pidiendo una cita. En esa época, también se cita que algunos hombres mantenían relaciones con marineros cerca del río Tíber.

El término cruising se acuñó en los años 1970 en EEUU y hacía referencia a un bar gay, el Booze 'n' Cruise, situado en la Ruta 66 en Albuquerque (Nuevo México). La palabra empezó a utilizarse como un código críptico en el argot gay inglés para poder hablar con otro homosexual de forma discreta (ya que la palabra originalmente significa atravesar caminando, patrullar, surcar) sin identificarse como gay ante los heterosexuales. Pero en la actualidad la apertura de la comunidad gay y los medios de comunicación han hecho al término de uso corriente.


Por definición, con el cruising se pretende realizar el acto sexual con personas desconocidas y cuenta con el morbo producido por el mismo proceso de seducción hacia personas con las que casualmente uno se encuentra y el del riesgo que supone el practicarlo en lugares donde está prohibido. La curiosidad lleva a  muchas personas a adentrarse en este mundo, pero a menudo se olvida el riesgo que supone. El cruising es una práctica interesante y satisfactoria, pero necesita un alto grado de responsabilidad.

Las personas que practican cruising son conscientes – o ese es nuestro consejo – de que puede que aquello que encuentran no sea de su agrado, además la falta de conocimiento del otro lleva a un anonimato que puede ser arriesgado. Las enfermedades de trasmisión sexual están al orden del dia.

Además, practicar cruising no debería ser considerado algo substitutorio del sexo habitual. Deberíamos tener en cuenta el factor emocional y psicológico, ya que muchas personas por timidez o por inseguridad, hacen uso de estas redes de contactos para sentir afecto o deseo, dada su poca capacidad para interactuar en situaciones normales. Dar la cara en el sexo puede ser positivo, pero no debe convertirse en adicción.

La desnudez pública no está legalmente penalizada a nivel español, aunque algunas ciudades como Barcelona multan aquellos que vayan desnudos o semidesnudos. En Valladolid o Las Palmas, entre otras ciudades, las asociaciones naturistas han llevado a cabo varias luchas con los ayuntamientos sobre este tema. No obstante, el sexo en público sí está multado y en algunas ciudades incluso se penaliza mantener relaciones en el coche.

A parte del aspecto legal, queremos daros algunos consejos útiles a tener en cuenta:

  • No todos los que practican cruising buscan lo mismo, se puede ser víctima de un robo, así que mejor no llevar nada de valor encima y quedar en algún lugar más o menos concurridos.
  • Tomar precauciones. Vas a tener sexo con un completo desconocido, así que mejor no arriesgarse aunque pueda ser molesto, y ten en cuenta que la masturbación es mucho más segura y a menudo más placentera.
  • Mucha discreción e intentar no molestar a los demás, así que mejor dejar todo lo utilizado recogido (condones, pañuelos, lubricante, etc.)
Dicho esto, os dejamos con la guía cruising de Chueca, que habla de varias ciudades españolas, por si os interesa. 


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